La serie S50, una vez más construida solo como sedán y familiar, era más corto que antes e incluso llegó a ser comercializado en Europa. Un año más tarde del nacimiento de esta generación, el Prince GT Skyline surge para abarcar más terreno sobre modelos de la competencia directa como el Datsun Bluebird y el Toyota Corona. En este momento se decide dar el salto a un motor de seis cilindros en serie con el fin de participar en la clase GT-II del Grand Prix Japonés, donde consiguió desde la segunda hasta la sexta posición. Este éxito se hizo público y los aficionados comenzaron a agolparse en torno a la nueva criatura que su fructífera industria había creado. El Prince Skyline 2000GT se puso en marcha y sus credenciales de rendimiento nacieron oficialmente.

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